La
vorágine del amor en Raíz de amor
Raquel
García Tomás
La
antología poética Raíz de amor reúne
a poetas contemporáneos y a los poetas-pilares del Siglo de Oro para ofrecernos
un encuentro con el sentimiento amoroso. Esta lectura poética, seleccionada por
Ana Pelegrín, está dirigida al público juvenil que experimenta los primeros
destellos del amor. La poesía no siempre se lleva a las aulas y esta propuesta
de Ana Pelegrín puede servirnos para mostrar a los alumnos de Educación
Secundaria que la poesía impregna cada recoveco de nuestra vida. Ellos tampoco
escapan de la vorágine amorosa.
El libro está estructurado en cinco
estancias poéticas, cinco nociones del amor: La más bella edad del corazón, Esa
luz en un triste muro, ¿Dónde está tu infancia, amor?, Ella, él tienen ojos de
tigre y Esta luz, este fuego que devora. La intención de Pelegrín es descubrir
al lector el significado del amor a través de las reflexiones plasmadas en la
poesía contemporánea y algunos poemas del Siglo de Oro. No existe mejor modo de
expresar los sentimientos que a partir de los cauces líricos, donde las
sensaciones afloran inesperadamente.
A lo largo de las páginas se repasan
las distintas concepciones del amor, desde el intenso amor juvenil al devorador
amor de la madurez. El primer amor que aparece en escena es el amor pasional
que se aprecia en la juventud y se caracteriza por el desconocimiento, el
frenesí y la dulzura. Los versos que iluminan esta etapa se visten de ilusión y
deseo de conocer a la persona amada, tal y como se advierte en los poemas “La
vida de las abejas” de Javier Marín Ceballos, “En el instituto y en la
universidad” de Federico García Lorca, “Estarcontigo” de Carlos Edmundo de Ory,
el sensacional “Corazón coraza” de Mario
Benedetti y “Dna” de Luis Alberto de la Cuenca, entre otros.
El segundo amor que sale al
escenario se identifica con el dolor, la amargura y la desesperanza. Este
amor-ceniza aparece tras el abrasador paso del primer amor, que destruye el
inocente sentimiento primero y que deja al enamorado sumido en el incendio. De
ahí surgen nuevas sensaciones como la furia, el rencor, el reproche y el odio
que dominan al enamorado. La hondura del poema “Llorar” de Oliverio Girondo cristaliza la tristeza y
la desesperación en la que el amante se hunde, la idea de borrar el pasado
amoroso irrumpe de manera abrupta en “Adiós” de Idea Vilariño y “Mentirosa” de
Ángel Guache y como expresa Felipe Benítez Reyes en “Palabras privadas” este
amor siempre aparece envuelto en un aura
oscura.
El tercer amor que advierte el
lector recrea la felicidad amorosa de la niñez, es decir, se recuerda el amor
junto a otros aspectos emotivos que han marcado nuestra infancia. En el caso de
Leopoldo María Penero se sirve de los dibujos animados en “Peter Punk” y
“Blancanieves se despide de los siete enanos”. Sin embargo, otros escritores
hablan de historia e incluso se inspiran en canciones populares que nos han
acompañado en la niñez, por ejemplo: “Matarile” de Juan José Téllez.
El halo de misterio y enigma nos
llega con la cuarta concepción del amor, pues el enamorado se muestra
desconcertado y turbado ante la magnitud del sentimiento amoroso. La
originalidad atraviesa este conjunto de poemas y la imaginación del poeta vuela
en su punto más alto en el “Horizonte” de Vicente Huidobro junto al “Cóndor” de
Pablo Neruda.
Por último, la quinta concepción de
amor como fuego que devora resume la idea global del amor, puesto que este
sentimiento es tan intenso que es capaz de hacernos arder de felicidad y al
mismo tiempo atraparnos en la desdicha. La vorágine del amor nos envuelve, nos
arrastra y nos deja magníficas huellas poéticas como “Escrito está en mi alma”
de Garcilaso de la Vega, “Esto es amor…” de Lope de Vega y “Corazón coraza” de
Mario Benedetti.
"La vorágine del amor en Raíz de Amor" de Raquel García me ha empujado a leer la selección de poemas que Ana Pelegrín recomienda a los más jóvenes. Maestros como Benedetti, Neruda o Girondo pueden aportarles muchos valores partiendo de algo que nos contagia a todos. La frase "Ellos tampoco escapan de la vorágine amorosa" es motivo suficiente para aplaudir este libro.
ResponderEliminarNo podría estar más de acuerdo contigo Ignacio Ballester. Este libro también me ha servido a mí para profundizar en la poética de Girondo y de Benedetti, entre otros. Creo que la imagen y sobre todo la sensación de la vorágine que arrastra resume bastante bien el sentimiento amoroso. Unas veces nos trae suspiros y otras carcajadas.
ResponderEliminar