El
libro Días de Reyes Magos de Emilio
Pascual fue lanzado al mundo editorial en enero de 1999 y logró un gran éxito,
pues fue galardonado con el Premio Lazarillo en su edición de 1998 y con el Premio Nacional de Literatura
infantil y juvenil en el año 2000. Esta magnífica obra
está acompañada por las ilustraciones de Javier Serrano que sirven al lector
para apreciar en las instantáneas lo que se está relatando.
A lo largo de los quince capítulos, el
narrador, Ulises, nos cuenta en primera persona su particular Odisea personal y
académica. El joven protagoniza el paso de la niñez a la madurez con las consecuencias
que esto conlleva. Por un lado, vemos a un Ulises confuso que no entiende la
situación familiar y por otro lado, aparece el alumno rebelde que se resiste a
aprender algo de lo que no se siente partícipe. El aprendizaje que experimenta
lo adentra en el mundo de la lectura que le aporta el conocimiento literario y
a la vez despeja sus dudas acerca de los valores familiares y amistosos. Las
figuras del padre disfrazado ya sea de ciego, estatua o payaso, de su amiga
Cali, su madre y su profesora de literatura son claves para despertar el
interés del joven y guiarle en el camino de la vida. Transcurridos veinte años,
aquel adolescente, ya adulto, reflexiona sobre aquella anécdota que le devolvió
a la realidad y le sitúa en el gran teatro del mundo.
La obra contiene múltiples referencias a la
literatura española y a otras literaturas que denotan el cultivado conocimiento
literario por parte de Emilio Pascual. El dominio de la materia es esencial
para la adecuada transmisión de saberes a los lectores y potenciar su apego por
la lectura. La intertextualidad es uno de los rasgos característicos del libro.
A menudo, hallamos cómo el texto está salpimentado con expresiones tomadas de
obras como Don Quijote de la Macha de
Miguel de Cervantes, El general en su
laberinto de Gabriel García Márquez, La
Odisea de Homero, La vida de
Lazarillo de Tormes y de sus fortunas
y adversidades, Luces de Bohemia
de Valle- Inclán, El alcalde de Zalamea
de Calderón de la Barca y El viejo y el
mar de Hemingway, entre otros.
Ulises
representa un modelo de conducta para
los jóvenes lectores que se enfrenten a este libro, pues siguiendo las pautas
del cuento tradicional, también de Días
de Reyes Magos se puede extraer una serie de moralejas. Una de ellas sería
la necesidad de hacer frente a las adversidades y no escapar de ellas como hace
Ulises, puesto que la solución no es la huida. De las palabras del protagonista
podemos deducir la ineficacia de su decisión: “Dar un portazo y marcharse es
fácil; decidir adónde ir es más difícil” (p. 29). Otras moralejas serían la importancia
de perdonar y no mostrarse rencoroso, la pasión por la literatura y la
relevancia de expresar los sentimientos, especialmente en la relación entre
padres e hijos como el ciego-padre apunta: “No hay cosa más difícil que decirle
a un hijo te quiero. Cuando puedes decírselo, no les importa, y cuando les
importa, no sabes decírselo” (pp. 121-122). No
obstante, la principal moraleja es la lección de vida ofrecida al adolescente mediante la literatura, tal y como admite él mismo: “Porque el ciego no sólo me
enseñó a leer, sino a vivir. Aquellas célebres glosas marginales, que darían
para llenar un volumen y que fueron para mí como el tránsito a otra lengua
nueva, solían tener un denominador común: el tan traído y llevado carpe diem”
(p. 119).
A partir de un título tan atractivo
para el público juvenil como es Días de
Reyes Magos, Emilio Pascual atrapa a los lectores y contribuye a su
formación lecto-literaria mediante una obra sencilla y divertida. Por tanto, Días de Reyes Magos lectura de parada
obligatoria en la etapa de Educación Secundaria, pues no sólo presenta calidad
literaria, sino que también transmite unos valores personales y culturales de
vital importancia en la controvertida adolescencia.
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