lunes, 13 de enero de 2014

Campos de fresas


Campos de fresas de Jordi Sierra i Fabra

Ana Laura González Del Mazo


Campos de fresas de Jordi Sierra i Fabra nos muestra la trágica historia de un grupo de jóvenes mixto: Cinta, Luci, Máximo y Santi que deciden consumir éxtasis en una discoteca para divertirse. Sin embargo lo que prometía ser una noche divertida se convierte en una noche que ninguno de ellos olvidará. Una de ellas, Luci acaba hospitalizada en el Clínico.
A partir de ese momento es cuando se avisan tanto a los padres como al novio de Luci. Eloy, novio de Luci,  no había salido de fiesta porque se había quedado estudiando para un examen. Al enterarse del incidente les echa la culpa a los demás por haber ingerido estupefacientes. De manera que decide, por su cuenta, salir en busca del camello que proporcionó la pastilla esa noche a Luci, con la finalidad de que  los médicos  tras analizarla puedan utilizar un tratamiento adecuado para sacarla del coma.


Mientras tanto la protagonista, pese a estar sumida en un profundo coma,  transmite su pensamiento y sus inquietudes mediante un monólogo interior. En el cual Luciana, buena jugadora de ajedrez,  tendrá como contrincante a la muerte. Otra batalla con la muerte libra Loreto, la mejor amiga de Luci, que sufre bulimia.  Ambas historias se cruzan cuando la joven le hace prometer a su amiga que si vive comerá.  Finalmente la novela termina con un final alentador, se encuentra la pastilla, y por tanto Luci vivirá.


A través de una sucesión de monólogos interiores y sentimientos de culpabilidad, el autor  al igual que los cuentos de antiguamente, utiliza esta historia para prevenir a los jóvenes sobre el peligro de las drogas. Escribe esta historia a  raíz del caso de la inglesa Leah Betts que a contario de Luci, fallece por consumir éxtasis.

Jordi Sierra también  hace una crítica en la que señala el  fácil acceso que tienen los jóvenes hoy en día a las drogas. A pesar de que esta novela fue escrita en 1997, a día de hoy se sigue ofreciendo como lectura en las aulas. De hecho yo misma la leí en tercero de eso. ¿Pero por qué se sigue leyendo en las clases? No cabe duda de que es por su temática en torno a los estupefacientes, no por su belleza formal. El autor nos relata con todo lujo de detalles qué ocurre cuando se ingiere una pastilla de éxtasis y cómo además de afectar a la persona en sí, afecta a todos los que le rodean.

Además se toca otra tema de actualidad que sería la bulimia a través de Loreto, una enfermedad que por desgracia cada vez es más común en esta sociedad marcada por el hedonismo y un estereotipo de mujer irreal.  Pero a la que Jordi Sierra infunde esperanza de que se puede salir adelante.
Otra razón por la que se utiliza esta novela en el aula sería la sencillez. Al estar escrita de forma sencilla y clara el alumno no tiene problemas a la hora de comprender el texto. Si bien es una lectura enfocada a un segundo ciclo de secundaria, puesto que ya empiezan a querer salir más. También pueden empatizar mejor con los protagonistas ya que son adolescentes.
Por último, me quedo con el mensaje que quiere transmitir el autor en el que decir no a tiempo supone una victoria.


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