Ésta parece ser
la moraleja que pretenda dar Xabier P. Docampo con sus cuentos en Cuando de noche llaman a la puerta,
porque en todas las historias aparece una puerta y en ellas la trama empieza a
desencadenarse cuando se abre la misma. No obstante, según nos cuenta el propio
autor en la introducción, lo que quiere es transmitir, plasmar en papel, esa
tradición popular oral gallega y hacerla llegar hasta los más jóvenes.
Y, tal vez, sea
ahí donde radica el error. Aparentemente, la lectura de Cuando de noche llaman a la puerta está enfocada a un público juvenil
(concretamente, la edición con la que he trabajado propone la obra «a partir de
12 años»). Sin embargo, tras la lectura de los cuentos, creo que debería
plantearse la obra para un público menor, ya que resultará muy difícil que los
alumnos del primer ciclo de secundaria puedan interesarse por la lectura.
Aunque lo más probable es que ésta no haya sido una decisión del autor, sino
que los editores hayan clasificado la obra sin apenas leer los cuentos.
Pero no nos
engañemos, la labor de Xabier Docampo es brillante. Es capaz de conjugar unas
historias simples, fáciles de seguir y con un toque de misterio, con un léxico
directo, sencillo y enriquecedor para el inventario de los alumnos. Asimismo,
en la mayoría de los cuentos, el lector queda atrapado y enganchado por la
trama a las pocas líneas.
Así pues, en los
cuentos, nos encontramos con un elemento común a todos y que dota de un mensaje
muy positivo a las historias: la solidaridad y la ayuda al prójimo. En ellos
aparece un personaje que se encuentra perdido, solo y desamparado, sin un lugar
en el que refugiarse de la fría noche gallega, ya sea de forma literal o
metafórica. A pesar de ello, estos personajes acaban topándose o bien con una
casa, en el caso de los cuentos “El espejo del viajero” y “Loba”, o bien con
una persona que les ofrece toda la ayuda posible, como en “El Hornadas” y “El
cumplemuertes”.
Por lo tanto, en
Cuando de noche llaman a la puerta
tenemos una obra con la que podemos trabajar en clase. Sí, aunque con algún ‘pero’.
Porque el lector debería ser un alumno de primaria, al que le guste la intriga
y el misterio (más que el terror) y que se esté iniciando en el ámbito lector.
Pros y contras
repartidos a la par. Cuando terminas de leer los cuentos acabas con un sabor
agridulce, ya que quedas encandilado por la prosa impecable de Xabier Docampo
pero abrumado de puro aburrimiento. No obstante, y sin lugar género de dudas,
considero esa solidaridad expuesta líneas más arriba el aspecto más positivo,
enriquecedor y didáctico del libro, ya que aporta unos valores que en la
sociedad actual pasan desapercibidos, si es que pasan…
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