lunes, 13 de enero de 2014

Cielo arriba- Cielo abajo.

Cielo abajo.


Anaís Pérez Gonzálvez.


Cielo abajo es el libro de Fernando Marías con el que se le otorgó el segundo premio Anaya de literatura infantil y juvenil en 2005. Está publicado en la editorial Anaya y posee 204 páginas.

Este libro narra un importantísimo hecho: la guerra española desde 1936 hasta 1939, con la que con el vencimiento del bando fascista, Francisco Franco sube al poder. Fernando Marías lo que hace es centrar la historia desde el presente con el personaje principal: un escritor frustrado que ahora trabaja reformando casas; el argumento empieza a desplegarse con un hecho, cuando este escritor, ahora albañil, descubre en una de las casas que está reformando una inscripción en la pared: “Constanza, 7/11/1936, oración, esperanza y promesa”. Este acontecimiento llama la curiosidad del escritor, y, esta aumenta aún más cuando un día tal como el que aparece en la inscripción pero en el 2004 toca el timbre de la casa un repartidor con un libro con las tapas en verde dirigido a Joaquín Dechén; este escritor, a pesar de no ser el remitente firma el paquete, y desde este momento, cuando ya está despertada su curiosidad por la inscripción de la pared, decide leer el libro.

Precisamente el libro cuenta la historia de Javier Pérez, un niño huérfano que con quince años sale del orfanato para emprender su vida: ser cura. El destino decide que intercambie su identidad con otro niño llamado Joaquín Dechén, encaminado a formar parte del ejército y de la guerra que se está formando entre bandos republicanos y fascistas.

La historia refleja cómo un niño de apenas quince años forma parte de la ideología franquista deslumbrado por un sueño: ser aviador como lo era Ramón Franco en el Plus Ultra. Conforme va progresando la historia se observa como este niño, ahora llamado Joaquín Dechén, forma parte de todo este hecho sin apenas ser consciente de lo que ello conllevaba, y es manejado por su “héroe” el aviador comandante Luis Cortés. Luis Cortés, despechado con su antes amigo, Ramiro, por matar a su hermano, ya que este había traicionado al mando republicano, decide retomar la batalla posicionado en el bando fascista para derrotarlo; lo que hace es mandar a este niño que se infiltre en la casa de Ramiro y su mujer, Constanza, para que le remita todos los datos que le ayuden a ganar esta batalla. Poco a poco este niño forma cada vez más parte de esta familia hasta tal punto que se plantea cuál es realmente su posición, al ir dándose cuenta con ayuda de don Manuel, su vecino, que en la guerra los únicos bandos son: la gente y el poder, y que la mayoría de las veces son los primeros los que salen perdiendo.

Es interesante como el autor mezcla en sus capítulos escenas del presente y del pasado, uniendo la historia pasada con la del hoy: el escritor se encuentra con Dechén, ahora un anciano interesado en tener su libro por algún propósito, y, cuando se entera de que este escirtor ha leído su libro, le hace cómplice y formar parte de su historia. Lo que hace, aprovechándose del interés de este por su libro, es hacerlo espectador de su muerte: Joaquín Dechén montado en un avión, hace una serie de piruetas cuyo conjunto se llama “trompo” dibujando con el humo el nombre de Constanza, y terminando esta actuación en un siniestro; este escritor, después de presenciar esta catástrofe, siguiendo las pautas que el ya desaparecido Dechén le indica en su momento, se pone en contacto con Constanza; “la tercera Constanza”, hija de la segunda Constanza, y nieta de la primera: Constanza, la mujer de Ramiro, y según el diario de Dechén, su primer amor, su primera imagen maternal y femenina desde que sale del orfanato.

Resulta que Dechén, tras la muerte de Ramiro y Constanza en la guerra, huye al lado de Cortés, dejando a la pequeña recién nacida en manos de don Manuel. Junto a este consigue la gloria, ser piloto, y una serie de bienes, y, tras esto, cuando Dechén es ya adulto, con unos cuarenta años, se encuentra casualmente con una joven llamada Constanza, precisamente, aquella niña que dejó abandonada tras la guerra. Decide hacerse cargo de ella en la sombra, pero por infortunios de la vida rompe el lazo con ella, después de haber fracasado un proyecto de trabajo llamado “Aviones Atocha”. En el presente, Dechén se encuentra con la tercera Constanza, la hija de su anterior socia, y le propone retomar aquel negocio. El caso es que Joaquín ya había pensado todo: enseñaría a la tercera Constanza a pilotar y le dejaría en herencia el negocio después de morir. No sin antes tejer un plan para que esta, después de la muerte, pudiera conocer su auténtica historia, la de su madre, y la de su abuela, escrita en este diario. Diario que recibe a manos de este escritor.

Es increíble desde mi punto de vista, cómo está escrita la historia: aparecen muchísimas alusiones a los dos bandos con adjetivos como “rojo”: “el rojo humo”; “el capitán Rojo” o “ser zurdo”; “tener la mano izquierda vendada”… En mi opinión este libro es apto para alumnos de 4º de la Eso o Bachillerato, puesto que es imprescindible tener una serie de datos presentes en torno a la historia española y lo que esta guerra conllevaba; de esta manera sin un conocimiento de esto no se entendería, por ejemplo, el significado oculto de estas expresiones ni la esencia de la historia. He visto muy propicio el final: el escritor decide escribir la historia de Dechén y titularla “Cielo abajo” en honor a toda esa gente que murió estando justo debajo de los aviones que intentaban fusilarles. En este momento te das cuenta que el protagonista y narrador de la historia es el mismo que el autor del libro que se está leyendo, o al menos, el autor juega con esto y nos desconcierta.  Desde mi punto de vista, el libro tiene una parte didáctica, porque no solo enseña esta historia, también enseña la forma de escribir diario con estos fragmentos que se van alternando con los diálogos del libro, y que forman parte del libro de Dechén. Además, podemos observar un léxico más complejo y una cierta densidad en cuanto a la longitud del libro que hace  que sea un libro no fácil de leer para cualquiera. Por último, debo destacar la progresión de la obra, ya que a pesar de estar dividida en capítulos, estos están totalmente relacionados, nada fragmentados, siguiendo una progresión la cual construye esta historia y hace que la lectura sea más fluida, sin parones. De esta manera, tomando la vida de las tres Constanzas se narra la historia de antes, la del momento, y la de después de la guerra civil española; reflejando con este nombre propio un adjetivo, que las tres mujeres, abuela, madre e hija, cada una en su época, muestran tener: la constanza.

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