Xabier P. Docampo (Lugo, 1946) es un maestro, escritor, cuentacuentos, actor de
teatro, guionista y promotor de la lengua y la cultura gallega, además de
animador a la lectura y experto en bibliotecas escolares. En 1995 obtuvo el Premio
Nacional de literatura infantil y juvenil por Cuando de noche llaman a la
puerta, seleccionada asimismo como una de las cien mejores obras del siglo
XX español. En ella actualiza dos grandes corrientes del relato fantástico: la tradición oral gallega y
la literatura de misterio e imaginación del siglo XIX.
La obra
aparece estructurada en cinco relatos de misterio, ambientados en las noches
frías de Galicia, en las que los viajeros, ante las inmensas nevadas que
obstaculizan los caminos, se ven obligados a pedir refugio. Casas rodeadas de
nieve, en las que el viajero se recupera con el calor que desprende el fuego.
En este contexto, surgen estas cuatro historias, narradas unas veces en primera
persona – es el viajero que cuenta su propia experiencia-, y otras en tercera
persona. Veamos cada una de ellas por separado.
El espejo del
viajero
En mitad de una noche fría y
lluviosa, un viajero decide buscar cobijo en la
primera casa que encuentra por el camino. El hombre que abre la puerta
guarda un gran parecido con él, pues parece ser que sólo se diferencian en el
párpado del ojo izquierdo. El dueño de la casa, herrero de profesión, le invita
a cenar y ambos pasan una noche que tendrá terribles consecuencias, pues ambos
acaban emborrándose y se enzarzan en una reyerta en la que el narrador sufre la
misma herida que su agresor: el viajero empuña un cuchillo, y el herrero le
arrima un hierro incandescente al ojo, quemándole el párpado. Los días
siguientes, el viajero permanece tumbado en un lecho al cuidado del herrero,
quien no le permite mirarse en un espejo ni moverse. Finalmente, el viajero se
mira el ojo y descubre horrorizado que ahora son idénticos, hecho que le hace
pensar que el herrero ha podido herirlo a propósito, por lo que decide vengarse
golpeándolo brutalmente hasta matarlo.
Pero, para mí, el punto
culminante de esta extraña historia es el momento en que el caminante, una vez
que ha matado al herrero, se hace pasar por él delante de su mujer y vive
condenado con tal de que no descubran su macabro plan.
El Hornadas
Un padre se dispone a contarle a su hijo que hubo una vez tres hombres que,
asesinaron a la vieja más malvada y ruin de la comarca. Luego, para deshacerse
del cadáver, decidieron quemarla en un horno, pero la vieja, entre llamas, se
incorporó como muestra de su inmortalidad. Fueron encarcelados y pronto
quedaron en libertad. Sin embargo, Teixo, que fue quien le dio el último
estacazo que le causó la muerte y a quien la vieja maldice, no podrá vivir con
las constantes apariciones de la vieja, quien se alimenta del "interior"
de Teixo. Este no puede seguir así, y acaba suicidándose. La autopsia revela
que su cuerpo estaba vacío por dentro.
Loba
Silvestre era un niño malcriado
por su abuelo, quien siempre deseó para él un trabajo que no fuera el campo,
por lo que lo animó a que estudiara en A Coruña. Pero el nieto malgastó el
dinero y no concluyó sus estudios. Al regresar a la aldea le promete matrimonio
a Isaura y la deja embarazada, pero pronto la abandona y se casa con Luciana. Isaura,
al enterarse de lo sucedido se ahorca, pero su cuerpo se convierte en una loba
que acabará vengándose de Silvestre llevándose a su hijo. Silvestre la rodea en
un pajar y le prende fuego, ignorando que en su interior se encuentra su hijo;
un final fatídico en el que el mensaje apunta al poder de la justicia: quien
sembró calamidades encontró dolor y muerte.
El
cumplemuertes
En ella se narra la historia de
un hombre que recibe el mismo día, cada año, una carta en la que se le felicita
por ser su «cumplemuerte». En la carta se le especifica que ese mismo día del
cuarto año morirá. El hombre, asustado, decide cambiar de domicilio, pero las
cartas le llegan igualmente. Desolado, piensa que son mensajes de la propia
muerte y decide burlar a su propio destino, olvidándose de la agonía que le
produce conocer el día de su muerte, viviendo cada día como si fuera el último
y disfrutando del presente sin pensar en el futuro. De esta manera consigue
vencer a la muerte.
El autor cuenta en el último
capítulo a qué tiene él miedo: a cuando de noche llaman a la puerta, a no
morirse nunca, a enloquecer, o cuando pasa mucho tiempo sin que nadie llame a
la puerta, etc. Una vez que nuestros alumnos saben a lo que tiene miedo el
escritor, podemos pedirles que escriban qué es lo que les da miedo. Así,
trabajaremos temas interesantes a partir de la lectura de un libro.
Considero
que es una obra que puede servirnos de apoyo didáctico para hablarles a
nuestros alumnos sobre la importancia de la tradición oral en
la transmisión de la cultura, de
cómo historias no escritas se
transmitían de padres a hijos y del
paso de la oralidad a la escritura. En este sentido, podemos incluso pedirles
que cuenten alguna historia que les haya llegado a través de sus abuelos o de sus padres. De
esta manera, cada uno podrá hacer de cuentacuentos y sentirán curiosidad por
escuchar diferentes relatos. A través de esta actividad podemos incluso
despertarles un cierto interés por la lectura y motivarles a que lean.
El escritor se sirve de la
tradición oral y utiliza el misterio, el destino, la libertad, la muerte y la
venganza, logrando dotar a la obra de
una gran tensión y a la vez de un enorme atractivo para el lector. Además,
tiene cabida lo inesperado, aquello que el lector no ha imaginado y que
le impide detener la lectura para averiguar el final. En definitiva, una obra cargada de misterio e intriga que, junto con la
brevedad de sus relatos y un lenguaje sencillo, puede captar la atención a
alumnos que se encuentren en el primer ciclo de secundaria.
Raquel Sabater Parra
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