lunes, 6 de enero de 2014

El hombrecito vestido de gris




El hombrecito vestido de gris y otros cuentos de Fernando Alonso

Ana Laura González Del Mazo

El hombrecito vestido de gris y otros cuentos fue escrito por  Fernando Alonso en 1978, y recoge un total de ocho relatos que aparecen ilustrados por Ulises Wensell. En el que sobresale uno de sus cuentos más conocidos que da título a este libro: El hombrecito vestido de gris. Relato en el cual nos centraremos en esta entrada.


Este cuento de lectura breve y sencilla, nos narra la vida de un hombrecito que siempre vestía de color gris  y que siempre hacía lo mismo día tras día.


 Sin embargo le gustaba cantar, y  tanto que a veces no podía reprimirse y cantaba en la oficina, en el balcón o en la cafetería. Molestando así a sus compañeros de trabajo, a sus vecinos y a la gente de la cafetería. Y como no podía controlarse, decide fingir un dolor de muelas para no volver a cantar nunca más.
 Pero para los que no les gusta los finales tristes, el autor nos relata un final alternativo mucho más optimista en el que el hombrecito ya no se oculta para 
cantar sino que vive de ello.

A través de esta historia aparentemente muy simple el autor esconde una reivindicación social y política. Mediante su personaje principal Fernando Alonso muestra  la censura que existía en la época de la transición española. En la cual los escritores no podían expresar todo aquello que pensaban. De ahí la neutralidad del color gris que representa la rutina, la monotonía y la cotidianidad en la que no destaca ningún color, porque sólo existe el color gris en la sociedad del franquismo. Por eso en el cuento se molestan los vecinos y los compañeros de trabajo, ya que el hombrecito estaba sobresaliendo en una sociedad en la que estaba muy mal visto pronunciarse. Los otros colores no tienen cavidad en esta paleta, por lo que sólo se puede ser uno mismo en el ambiente íntimo, lejos de miradas indiscretas. De puertas para fuera había que ser gris para no predominar, ya que se observaba con ojo clínico a todos aquellos que rompían con las normas establecidas.

Por esta razón el hombrecito finge un dolor de muelas para reprimirse, es decir, prefiere perder su identidad para ser uno más de la colectividad. Este pañuelo alrededor de la mandíbula es una mordaza que usa el autor para obligarse a guardar silencio. Prefiere renunciar a su propia individualidad para encajar en los parámetros de una sociedad dictatorial. Cabe señalar que este relato fue censurado por la doble interpretación de la lectura.

Mención aparte merecen los finales, en el que aparece uno triste, pero mucho más real, junto con un desenlace alegre propio de cualquier cuento infantil. Si tuviéramos que quedarnos con uno de ellos sería con el primero puesto que muestra como es la cruda realidad.


El tema de la influencia de la sociedad en el individuo está más que patente en esta lectura, y es más se podría extrapolar a otros ejemplos. Por otro lado,  sería muy interesante llevar esta lectura al aula porque encierra una moraleja que junto con el profesor el alumno puede llegar a desentrañar. 

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