Nos
encontramos ante una novela realista, principalmente dirigida a los
adolescentes y jóvenes a través de Luciana, una chica que sufre un golpe de
calor grave debido a la ingesta de una pastilla de éxtasis adulterada.
Su
novio, Eloy, no salió de fiesta porque se quedó a estudiar para un examen.
Ella, junto a sus amigos, se fue a una discoteca y tomó una pastilla que le
provocó casi la muerte por lo que sus padres, que fueron avisados de madrugada,
acudieron de inmediato al hospital. Sus amigos, que cuentan lo ocurrido, dan
pistas a la policía sobre el camello que les había vendido la droga. Finalmente
dan con él, y muere desnucado al caer contra un bordillo al intentar huir.
El
final resulta feliz ya que Luciana despierta del estado de inconsciencia en el
que estaba desde la madrugada hasta media tarde. La valoración de esta historia
es positiva, tanto a nivel de contenido como en cuanto a la forma que Sierra i
Fabra ha utilizado para narrarla.
La
breve historia se encuentra dividida por horarios y en cada hora uno de los
personajes nos va contando sus vivencias respecto al suceso ocurrido. Entre los
diferentes puntos de vista vemos el de Luciana, sus padres, su hermana, su
novio, sus amigos, un periodista y el camello. Esto ayuda al lector a
comprender cómo viven el hecho casi todas las personas que rodean a la
protagonista.
Este
tipo de estructura tiene de positivo, en mi opinión, que la persona que está
leyendo el libro percibe el pensamiento de todos los personajes y los sentimientos
que van teniendo ante lo sucedido a lo largo de ese día, incluyendo el de
Luciana, que aunque está inconsciente, está luchando entre la vida y la muerte,
y quiere vivir ante todo.
Resulta
muy curioso como Sierra i Fabra ha plasmado en la novela lo que va sintiendo la
protagonista a lo largo de ese día fatídico. Cuenta su lucha ante la muerte
como si se tratase de una partida de ajedrez, donde la muerte es la reina negra
y la joven un caballo blanco que lucha por ganar la partida.
Por
lo que respecta al contenido, el autor pretende concienciar al lector del grave
peligro en referencia al consumo de drogas, describiendo la angustia sentida
por los personajes que rodean a la protagonista cuando ésta se encuentra en
coma. También refleja la incontrolada venta de drogas en las discotecas y el
engaño que sufren algunos adolescentes o cómo se dejan éstos engañar.
Respecto
a la forma en que está escrito el libro, me ha gustado mucho el tipo de
descripciones que hace el autor, siendo claras y precisas. Me ha resultado muy
ingenioso y original la forma de expresar los sentimientos de la joven
protagonista cuando, en estado de coma, se debatía entre la vida y la muerte, y
cómo tenía miedo al dolor y a morir dejándolo todo, y todo esto con el autor
empleando la semejanza con la partida de ajedrez. Creo que esto hace que el
lector entienda de una mejor forma la postura de Luciana.
Pienso
que el lector adolescente se puede sentir reflejado o identificado con
facilidad con el tema tratado y, sin duda, este aspecto aumentará su interés
por la lectura de Campos de Fresas.
A
todo esto, cabe señalar el lenguaje usado por el autor, pues éste es sencillo y
actual y cómo hace referencia a la amistas y a valorar a tu familia que te
apoya en los momentos duros. En cuanto al final, quizás si Luciana hubiera
muerto, algún joven se concienciaría más sobre el peligro de consumir drogar.
Es
muy bonita la esencia del libro y la frase en la que se ha basado: “No bailes con la muerte, no juegues con tu
vida”. Dicha frase fue lo primero que dijo Helen Cousins, joven que
despertó de un coma de dos meses por el consumo de drogas.
En la historia de esta chica y
de Leah Betts, que murió con dieciocho años, se basó el autor para escribir
esta novela. Si este libro de curioso título, que proviene de una canción de
los Beatles, sirve para evitar que
alguno de nuestros jóvenes se deje convencer para que consuma droga, bienvenido
sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario