Un
paseo por La catedral
Raquel
García Tomás
La
trayectoria literaria de César Mallorquí comienza en 1993 con la publicación de
La vara de hierro, pero desde su
infancia ha estado rodeado por libros y ha bebido de ellos de la mano de su
padre. En el 2000, salta al mundo editorial La
catedral, una novela histórica con tintes fantásticos con la que Mallorquí
obtiene dos galardones, el Premio Gran Angular del 2000 y el White Raven de
2001.
La acción literaria se sitúa en el
siglo XII y es protagonizada por Telmo Yañez, un muchacho que entra en la logia
de la francmasonería y que junto con tres caballeros templarios marcha a
Bretaña para trabajar en la construcción de una catedral en dicho lugar. Sin
embargo, este proyecto encierra numerosas complicaciones, pues la catedral está
financiada por la orden del Águila de San Juan, secta que adora al demonio. La
primera escena que presencia el lector es un intrigante asesinato y después la
historia continúa mediante prodigios terribles, luchas entre el bien y el mal, entre
los caballeros templarios y guerreros endemoniados hasta llegar a la pugna
final entre Telmo y el demonio en persona. ¿Quién vencerá?
Los componentes aromáticos que
componen este perfume literario son el suspense, las aventuras bélicas y el
terror. El joven lectorado nada más abrir el volumen queda impactado por un
misterioso asesinato y por el aura de violencia, extrañeza y desconcierto que esconde
la acción literaria. El protagonista es un chico de catorce años que está
experimentado, al igual que los principiantes lectores, un proceso de
aprendizaje fundamental en su vida. El paso de niño a hombre depara a Telmo
infinitas sorpresas y en ocasiones se siente desorientado ante su nueva
circunstancia, por este motivo el lector se puede identificar con el
protagonista y compartir sus sensaciones y dudas.
Por otra parte, este libro está
dirigido a un lectorado más especializado, es decir, con un mayor dominio de la
lengua, puesto que podemos advertir ciertos tecnicismos y términos en latín.
Por consiguiente, los cursos académicos a los que recomendaríamos esta lectura serían
tercero o cuarto de la E.S.O y no en el primer ciclo de Secundaria. El alumnado
debe contar con más preparación y formación literaria para enfrentarse a este
ejemplar.
Además, La catedral puede servirnos de puente para estudiar ciertos
aspectos lingüísticos como el uso de la lengua. El lector puede aprender acerca
de las fórmulas de tratamiento, por ejemplo, el uso de vos en el ámbito
respetuoso y formal – cuando Telmo se dirige a su padre: “Haré lo que vos
digáis” (p. 15) — y el uso de tú en el ámbito familiar, más cercano –cuando el
padre habla a Telmo: “No Telmo, debes decidirlo tú” (p. 15) —.
En definitiva, esta novela histórica
también es una novela de aprendizaje, tanto en el campo académico como en el
personal para los futuros lectores. Al mismo tiempo que Telmo erige la
catedral, se construye a sí mismo y construye el saber literario del joven
lectorado que presencia tal edificación.
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