El hombrecito vestido de gris y otros cuentos
Comentaba en una entrevista la escritora Cristina Peri-Rossi acerca de su trabajo: “No narro para entretener, para ordenar una trama, sino para descubrir, para conocer, para elaborar una hipótesis del mundo, de modo que lo narrado se supedita a la intención, a la visión del mundo”.
Esa capacidad de simbolización de la que hablaba la escritora uruguaya se encuentra de forma muy evidente en Fernando Alonso (Burgos, 1941), considerado como uno de los escritores de más calado a nivel nacional en literatura infantil. Prueba de ello lo encontramos en este libro de cuentos, El hombrecito vestido de gris y otros cuentos (Madrid, Alfaguara, 1978), el cual le valió al autor para alzarse con el "Premio Lazarillo" en 1977.
La obra cuenta con 8 títulos: El que le da nombre al libro, El hombrecito vestido de gris, que cuenta la historia de un hombre ansioso de una libertad truncada por una sociedad autoritaria; El barco de plomo, en la que un barco está triste por no poder ser lo que desea ser; Los árboles de piedra, historia con una metáfora inmovilista; El viejo reloj, un cuento sobre el recuerdo a los seres queridos; El barco en la botella, en el que un barco feliz descubre lo infeliz que es realmente; El guardián de la torre, un cuento que pone su foco en las dañinas actitudes humanas; El espantapájaros y el bailarín, que nos habla sobre el deseo de libertad; y La pajarita de papel, en donde la soledad se nos presenta como un factor para la tristeza.
Es evidente, por tanto, que Fernando Alonso imprime en estos ocho relatos cargados de simbolismo, su experiencia emocional a lo largo de los años. Así pues, la idea de que el escritor tiene siempre una posición ante la vida, y su obra expresa su manera de pensar, encaja perfectamente con la figura de Alonso, quien pertenece a ese ramillete de escritores que defienden el compromiso social de su profesión con la sociedad. Y en esta obra, utilizando un lenguaje sencillo y comprensible pero dotado de belleza, las principales ideas que subyacen de ese compromiso son la represión autoritaria de la sociedad y las ansias de libertad del individuo que camina en ella; la amargura por los anhelados sueños truncados o la felicidad por la quiebra de las cadenas autoritarias,entre otras. Podría decirse que, en definitiva, se trata de la eterna lucha entre Nietzsche y Schopenhauer.
Estas ideas son plasmadas de forma magistral por el autor en El hombrecito vestido de gris, un libro altamente recomendable para ponerlo a disposición de los alumnos del primer ciclo de la ESO, ya que la concentración de literatura que ofrecen los cuentos literarios en una porción reducida de papel, hace que su lectura se haga muy amena y la atención del alumno no se disperse entre capítulo y capítulo como ocurre con frecuencia con las novelas.
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